3. PROYECTOS DE CONSERVACIÓN ACTIVA EN ÁREAS DE MONTAÑA

“La creación de mil bosques está contenida en una bellota."

Ralph Waldo Emerson, 1803-1882

La realidad definida en los epígrafes anteriores nos indica la importancia que en este momento histórico tiene atraer a nuevos pobladores e inversores, en definitiva reconstruir en capital humano. La riqueza de una comarca no es la de su capital territorial sino la su capital humano.

Los problemas de la comarca se expresan espacialmente de distinta manera. Las relaciones entre el centro y la periferia, las condiciones ambientales, la disponibilidad de recursos determinan diferentes escenarios rurales. El análisis y caracterización territorial realizado por el LiT-ULe ha servido para definir ocho escenarios rurales. En cada uno de estos escenarios el diagnóstico territorial plantea problemáticas distintas y articula un conjunto de medidas diferentes. Los escenarios rurales comarcales diferenciados son los siguientes:

1. Áreas periurbanas con actividades agrarias marginales y fuerte actividad edificatoria.

2. Áreas con productores agrarios e incipiente industria de transformación.

3. Áreas regadas con productores agrarios e industrias de transformación.

4. Áreas de abandono agrícola con gestión forestal no desarrollada.

5. Áreas de abandono agrícola con gestión forestal en desarrollo.

6. Áreas forestales de montaña con actividad ganadera.

7. Áreas forestales de montaña invertebradas sin alteraciones paisajísticas.

8. Áreas forestales de montaña invertebradas con fuertes impactos mineros.

La Mirada Circular se desarrolla fundamentalmente en el escenario 7: Áreas forestales de montaña invertebradas sin alteraciones paisajísticas. En este escenario los problemas socioeconómicos son especialmente graves y el establecimiento de un modelo eficiente de reconstrucción del capital humano debe ser urgente. Lo que está en juego con el éxito o no del modelo de reconstrucción del capital humano es su futuro en términos de sostenibilidad ambiental, social y socioeconómica (Fernández-Manso, 2004; Fernández-Manso, 2005).

Para poder definir un modelo adecuado necesitábamos analizar por qué han fracasado la mayor parte de proyectos de desarrollo territorial en el entorno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Para ello analizamos en profundidad diferentes planes y proyectos nacionales e internacionales. Nos fijamos en los mecanismos de articulación interna del desarrollo (sectores económicos y actividades), los modelos de reconstrucción del capital humano, las formas de conexión con el exterior y las estrategias de inserción en la economía global. De esta manera pudimos elaborar un decálogo de carácter universal que nos sirviera de referencia, una estructura de problemas a evitar (Castells y Bosch, 1999; Gordo, 2001; Gordo, 2002; Fariña, 2004; Moltó y Hernández, 2004; Fariña, 2005; OCDE, 2006; OSE, 2008; OCDE, 2009; Camarero, 2009; Fernández-Manso et al., 2010). Estas son las 10 principales deficiencias del desarrollo rural en áreas de montaña de los países del entorno OCDE (Fernández-Manso, 2008):

1. Se desarrollan fundamentalmente actividades de bajo grado de innovación (alojamientos, museos y equipamientos de ocio, etc.) y rara vez acciones de alta innovación (creación de marcas, creación de redes intersectoriales e interempresariales, investigación, nuevas tecnologías de la información, etc.).

2. En los planes y proyectos analizados existe una falta de comprensión de los procesos de innovación-imaginación que determinan la creación de nuevos productos y servicios. Se carga exclusivamente la innovación sobre las personas (individual o empresarial) y no sobre los territorios (comarcas).

3. Si el turismo es uno de los principales movilizadotes del capital humano, en general las iniciativas fracasan porque hay una falta de definición y de fortalecimiento de la estrategia turística. Existe un escaso control de los circuitos nacionales e internacionales de ocio y turismo, así como de los canales de comercialización que implican una pérdida importante del valor añadido. Pero sobre todo se desconoce la denominada gestión basada en la demanda.

4. En los planes y proyectos analizados las acciones programadas son de baja envergadura y generalmente desintegradas (existen relaciones intersectoriales muy débiles) lo que supone que las actividades sean inconexas (sólo tienen en común la instalación en el mismo territorio). Como resultado se consiguen muy bajas sinergias. Fomentan la debilidad territorial, son muy poco estructurantes.

5. Existe una falta anticipación frente a la oportunidad que presentan las diferentes líneas de ayuda nacional e internacional: no hay una previsión de proyectos dentro la estrategia territorial. Más sobrecogedor es el origen de los recursos económicos donde existe una alarmante falta de maridaje entre subsidio y competitividad. Raramente se discute cuál deben ser los espacios públicos y privados en las inversiones.

6. Generalmente existe una utilización de tecnologías poco avanzadas o ausencia de tecnología. Existe una ausencia de redes de información telemática vinculadas a la información, promoción y comercialización de los productos.

7. Las inversiones se polarizan en aquellos núcleos de mayor tamaño poblacional. Raramente se llega a las pequeñas poblaciones donde la reconstrucción del capital humano es más necesaria. Es ineludible consolidar lo pequeño para engrandecer a la comarca.

8. Se detecta una falta de implicación real de las administraciones locales. Falta una apuesta por modelos de desarrollo claros. No utilizan con destreza las herramientas de planificación urbana (por ejemplo, para conservar la arquitectural tradicional), licencian tanto proyectos de gran impacto ambiental como de desarrollo sostenibles (no se definen por un modelo concreto), son poco sensible con los núcleos de poblamiento más pequeños y aislados. La utilización de las herramientas de gobernanza municipal es fundamental para estructurar el desarrollo.

9. No existe ruptura de los círculos viciosos de la atonía socioeconómica. Las deficientes condiciones socioeconómicas se traducen inequívocamente en una carencia significativa de promotores y de iniciativas privadas.

10. Los planes y proyectos analizados han fracaso en la iniciativas de captación de nuevos pobladores-emprendedores. Los planes y proyectos deben de ejercer un importante “puente” entre los nuevos pobladores-emprendedores y el territorio, solucionando el riesgo que supone rehabitar estos territorios. Hay que fomentar un amplio abanico de ideas que incidan sobre la definición de proyecto personales de futuro sobre los que la rentabilidad de las inversiones y la calidad de vida estén imbricadas.